Querido Dios, Yo Te Prometo

Querido Dios, Te escribo, porque no creo que seas un Dios sordo, ciego y mudo; yo te escribo mi Señor, porque aunque vivo en constante peligro, y en medio de los pactos y alianzas de criminales, vivo en paz porque tú me das paz, pero eso no es suficiente, porque tu Pueblo sufre.
Tu Pueblo necesita recordar que solo Tú eres Dios, y que la corrupción y el crimen solo son los preámbulos para los que pronto recibirán tu castigo.
Te pido Dios, que no permitas que los secuestradores, criminales y delincuentes que hacen de la ley y la justicia la herramienta mortal contra todos los inocentes; no permitas que disfruten ni un día más del mal y de la opresión que causan. No permitas mi Dios que se pierdan más vidas de hijos tuyos que nunca seguirán el camino del Diablo, porque te pertenecen a ti, son gente buena; no todo el mundo es un malvado en África.
No permitas mi Dios que tantas almas sigan secuestradas por el miedo a decir la verdad, a guardad su dignidad y a actuar con responsabilidad.
Te pido Dios, que no permitas más impunidad, y cobardía, porque ambas son la misma semilla, que se está pagando con sangre, petróleo y gas, minerales y con las vidas y la libertad de muchos inocentes y al mundo le da igual al parecer, ya que ese es el destino que desean para África.
Por ello, mi Dios Yo Te Prometo, que si algún día dejo de luchar contra los criminales y los asesinos, y si algún día dejo de señalarles con el dedo y cara a cara y no como un cobarde; que si algún día dejo de decir la verdad y conforme a tu Espíritu Santo; y si algún día dejo de hacer el bien, y obrar con justicia y pureza de consciencia, que sea mi paga la misma que les tienes reservado a los malvados, pues Yo mi Dios, Te Prometo, que no descansaré ni en cuerpo ni en Alma en servir a los que menos tienen, a los que esperan de ti, a los inocentes, a los justos, a los buenos, para la destrucción final de toda opresión. Amen.
(Nota para los Cobardes: Yo, no os tengo miedo; nunca lo he tenido, nunca lo tendré; no hay ninguna razón, ningún sistema, ningún modo, ningún universo en el que yo le pueda tener miedo a la necedad y a la estupidez, porque el futuro de ninguna Nación, de ningún país del mundo está en manos de los Cobardes y quien no lo crea, debería leer un poco de historia, que falta le hace. )
Javier Clemente Engonga (EL MALO DE LA PELÍCULA)