Om La Tierra de la Luz
Si tuviera la oportunidad de poder escapar a un lugar mejor donde la vida sea plena y repleta de oportunidades sin trampas, sin egoísmo, sin temor y sin tanta preocupación por el día de mañana, un lugar real (que no necesariamente tuviera que ser el cielo), sin lugar a duda lo haría sin pensarlo.
Todos pretendemos alcanzar mejores condiciones para desarrollarnos y por ello nos esforzamos día a día. Seguro has tenido la sensación de que todo podría ser de otra manera y no siempre estar preocupado de que nos espera mañana, ya que muy a nuestro pesar existen momentos incomprensibles y, desde luego, inmerecidos, que nos aguardan con trampas acechantes a la espera de alcanzarnos, tormentos que se permiten invadirnos con pesadillas hasta en momentos de descanso.
Seguro has despertado y te diste cuenta de que todo lo realizado no ha servido de nada, y entonces deseaste que un milagro llegase para solucionar todo.
Mientras, todo se queda en un sueño esperado, que por más se desee jamás se cumple; y en su lugar llegan más inconvenientes. Sin embargo, perder el rumbo y echarse al abandono no es una solución. Por ello nos ponemos de pie y volvemos a empezar, repitiéndose el ciclo una y otra vez, sucumbimos ante el desequilibrio y nos arrodillamos en procura de un milagro que cambie esta realidad y nos brinde una sola oportunidad.
Ojalá y este fuera únicamente un caso, una única experiencia, y que la esperanza de una vida diferente fundamentada en armonía y razón inundaran todo, como seguramente debía de ser.
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