Om La Autobiografía de Charles Darwin
Un editor alemán me escribió pidiéndome un informe sobre la evolución de mi mente y mi carácter, junto con un esbozo autobiográfico, y pensé que el intento podría entretenerme y resultar, quizá, interesante para mis hijos o para mis nietos. Sé que me habría interesado considerablemente haber leído algún bosquejo de la mente de mi abuelo compuesto por él mismo, por más breve y mortecino que fuera; de lo que pensó y de lo que hizo y de cómo trabajaba. He intentado escribir el siguiente relato sobre mi propia persona como si yo fuera un difunto que, situado en otro mundo, contempla su existencia retrospectivamente, lo cual tampoco me ha resultado difícil, pues mi vida ha llegado casi a su final. Al escribir, no me he esmerado nada en cuanto al estilo. Nací en Shrewsbury, el 12 de febrero de 1809. Mi padre, según le oí decir, creía que los recuerdos de las personas de mente poderosa se remontaban, en general, muy atrás, hasta períodos muy tempranos de su vida. No es mi caso, pues mi recuerdo más temprano se retrotrae únicamente a unos pocos meses después de haber cumplido cuatro años, cuando fuimos a tomar baños de mar cerca de Abergele; me acuerdo con cierta nitidez de algunos sucesos y lugares de entonces.
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