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  • av Autores Varios
    129,-

    Pedro de Morales (Valdepeñas, 1538-Murió en la capital de Nueva España en 1614). España.Pedro de Morales ejerció como abogado en Madrid y en Granada antes de entrar en la Compañía de Jesús en 1570. Partió a la Nueva España con la expedición que incluía a Pedro de Hortigosa para «leer las artes y teología» en el Colegio de San Pedro y San Pablo.Trabajó como calificador e inquisidor del Santo Oficio y como consultor en el Tercer Concilio Mexicano en 1585.La crónica de Pedro de Morales no sólo hace una descripción pormenorizada de los diferentes elementos de la celebración; entre ellos música, danzas y adornos indígenas, sino que incluye algunos textos literarios escritos para acompañar la festividad, lo que aporta una valiosa información sobre este tipo de actos públicos.Vale destacar que en el Virreinato de México la práctica teatral tuvo para la Compañía de Jesús una finalidad «catequística», el drama servía en la labor educativa de la Compañía. Según Ignacio de Loyola se debía de hacer más ameno e interesante el magisterio con la realización de actividades como la rima de versos o la práctica de diálogos recitados.

  • av Leandro Fernández de Moratín
    479,-

    Viaje a Italia relata un viaje a través de Gran Bretaña, Bélgica, Alemania, Suiza e Italia. Leandro Fernández de Moratín se presenta como un viajero culto, conocedor de las situaciones políticas de los territorios que recorre y, además, dispuesto a entregarse a todo tipo de aventuras. Su reflexión sobre el equilibrio precario que sufría Suiza durante el siglo XVIII resulta interesante para comprender cómo se fraguó la estructura nacional y territorial de la Europa contemporánea:Podrían en caso urgente, poner cien mil hombres en campaña; pero tendrían que dejar el arado para tomar el fusil; por consiguiente, a los tres meses de guerra ya no habría víveres; para un armamento extraordinario necesitan cargar tributos sobre el pueblo, y éste no puede contribuir a tales gastos. Toda la Suiza, en general, es muy pobre; las artes y el comercio pudieran haberla enriquecido, pero, por descuido imperdonable en los que la han gobernado hasta aquí, no se ha hecho. Ha debido su existencia por mucho tiempo a los celos recíprocos de Francia y la Casa de Austria; pero si la Francia decae, ¿quién la apoyará? En la ocasión en que yo pasé, las circunstancias eran tan críticas que cualquier partido que pudiesen tomar los suizos les debía ser necesariamente funesto [...].Cabe añadir que el viaje era entonces una práctica formativa y que la escritura de las impresiones y las culturas vividas durante el mismo empezaba a constituir un género literario.

  • av Pedro Calderon de la Barca
    509,-

  • av Jorge Mañach Robato
    479,-

    Jorge Mañach siempre dejó constancia del gran cariño que sentía por Sagua la Grande, su ciudad natal. La rebautizó como Sagua la Máxima, y en una de sus impagables glosas la describió como "una villa pulcra y luminosa, limpia y clara". Sin embargo, fue La Habana la ciudad de la cual más escribió, pues fue allí donde residió por más tiempo. Su primer acto de amor a nuestra capital fue Estampas de San Cristóbal (Editorial Minerva, 1926, 283 páginas), donde recopiló los trabajos publicados por él en el diario El País, entre julio y agosto de 1925. Es, como comentó Mario Parajón al rescatarlo en 1995, "uno de sus libros más entrañables, quizás el más entrañable". Se trata de un paseo por La Habana, armado a través de"una conversación ininterrumpida, entre un viejo procurador, filósofo nato y hombre de gran experiencia de la vida que hace a un joven pasear por la calle Obispo, se deleita en la Plaza de Alvear, y va por San Juan de Dios".La lectura de los títulos de las 59 impresiones que aquí publicamos con el título de Estampas y visiones habaneras, da una idea del abanico temático que en ellas se trata:"Obispo","El Morro","El bodeguerito","Fritas a media noche","Miramar","La morenita presumida","El Vedado","El son","Pregones","Mercaderes","Las aceras y las azoteas","La guagua y el carácter","El cañonazo",o "La china María la O"...Calles, barrios, personajes y costumbres aparecen vistos a través de las pupilas alertas de Luján y del cronista, en lo que constituye un itinerario sentimental de La Habana. A propósito del nombre con que se refiere a ella, Mañach declaró que era un homenaje al hoy olvidado escritor norteamericano Joseph Hergesheimer. Mañach visitó varias veces La Habana e incluso escribió sobre ella un hermoso libro, San Cristóbal de La Habana (1920), que casi un siglo después permanece inédito en nuestro idioma. Para rubor nuestro, comentó Mañach, quien dejo entrever que acaso le fuera dado a él intentar esa faena que, desafortunadamente, no llegó a realizar.

  • av Pedro Calderon de la Barca
    185,-

  • av Pedro Calderon de la Barca
    115,-

  • av Ignacio De Loyola
    199,-

    Tal como los define el propio San Ignacio de Loyola al comienzo del libro, los Ejercicios espirituales abarcantodo modo de examinar la conciencia, de meditar, de contemplar, de orar vocal y mental, y de otras espirituales operaciones.De modo que ésta es una obra de meditación y de oración donde el fundador de la Compañía de Jesús, partiendo de su propia experiencia, propone una guía espiritual. Durante siglos este es el libro de cabecera de quienes están dispuestos a retirarse del mundo durante cuatro semanas para depurar sus almas.Las meditaciones, contemplaciones y repeticiones realizadas durante los días de retiro ayudan a observar la vida propia con mayor claridad. Conducen al espíritu y lo orientan hacia un progresivo perfeccionamiento moral.Los Ejercicios espirituales que San Ignacio de Loyola propone en esta obra deben ser practicados más que leídos. Se inspiran en obras como La vida de Cristo del cartujo Ludolfo de Sajonia, que contribuyó a su conversión, y La imitación de Cristo de Kempis. Sin embargo, van más allá en el hecho de que no requieren una comprensión literaria. Exigen una entrega corporal y espiritual.Este es, a su vez, un libro consecuencia de la vida del mismo Loyola. Siendo muy joven, Loyola luchó contra los franceses en el norte de Castilla. Su carrera militar terminó el 20 de mayo de 1521, cuando una bala de cañón le rompió la pierna durante la defensa del castillo de Pamplona de una incursión franco-navarra.La recuperación de Loyola fue larga y dolorosa y con resultado negativo al haberse soldado mal los huesos. Entonces decidió volver a operarse y soportando dolores terribles. Luego durante su convalecencia también la curación resultó igualmente muy dura. Estos hechos de su vida, alimentaron su conciencia de que el cuerpo humano es también una herramienta para practicar Ejercicios espirituales.

  • av Marcelino Menéndez Y. Pelayo
    379,-

  • av Sor Juana Ines de la Cruz
    129,-

    La Carta Atenagórica fue escrita en noviembre de 1690 por sor Juana Inés de la Cruz. Es un ejercicio de reflexión, elaborado a partir de la lectura de un sermón del padre Antonio Vieira, S. J. La carta fue enviada al obispo de Puebla, Manuel Fernández de Santa Cruz. Este la publicó en 1690 sin que se conozcan los motivos que lo llevaron a ello.En el prólogo a tal obra, firmada como Sor Filotea de la Cruz (el obispo Manuel Fernández de Santa Cruz), aparte de los elogios de rigor, también le hacía un reproche a Sor Juana:el de no dedicar su talento a la teología, en vez de limitarse a obras literarias más o menos profanas.Como defensa ante las reacciones y ataques originados por la publicación de la Carta atenagórica, sor Juana se apresuró a escribir su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz (1691).De la Respuesta a Sor Filotea, interesa destacar tres aspectos que la convierten en una obra singular:es autobiográfica (se describe la trayectoria intelectual de la autora, con sus progresos, problemas y obstáculos que ha tenido que vencer por ser mujer y la defensa de la educación de las mujeres y su derecho a comentar e interpretar cualquier texto religioso) es polémica (se defiende de los ataques)y es erudita (abundan las referencias y citas, como no podía ser menos, de autoridades clásicas y cristianas).Según Octavio Paz en su ensayo Sor Juana Inés de la Cruz o Las trampas de la fe (1982):la preeminencia alcanzada por sor Juana ofendía a muchos prelados; todos ellos eran sus superiores y casi todos presumían de teólogos, literatos y poetas. La monja encarnaba una excepción doble e insoportable: la de su sexo y la de su superioridad intelectual.

  • av Marcelino Menéndez Y. Pelayo
    509,-

  • av Antonio De Nebrija
    185,-

    Versos libres, es un libro de poemas escritos por José Martí (1853-1895) entre 1878 y 1882, publicada póstumamente en La Habana, en 1913. Con estos endecasílabos hirsutos y dolorosos que así los llamó su autor, el poeta reafirma la senda modernista iniciada con Ismaelillo.En los Versos Libres, Martí rompe con la forma tradicional de hacer poemas, las cuartetas, sonetos, tercetos y otras estructuras tradicionales del verso van quedando atrás para dar paso a una sonoridad más experimental que cobrará plena fuerza en el siglo XX, por lo cual la propuesta martiana clasifica entre las pioneras a la hora de denominar propuestas líricas que han sido renovadoras.El escenario de los Versos libres es la gran ciudad, implícitamente Nueva York, pero es una ciudad moral con la que el poeta interactúa, y constituye un punto de referencia, símbolo de un sistema de vida y de su organización.Martí vuelca su concepción estética y ética de la vida, a la vez que muestra su disconformidad con el medio. Nueva York sirve de telón de fondo para la meditación del poeta sobre el acto creador y la reivindicación de una poética que defiende la búsqueda de la libertad con una propuesta formal innovadora.Todo me ata a New York, por lo menos durante algunos años de mi vida: todo me ata a esta copa de veneno:-usted no lo sabe bien, porque no ha batallado aquí como yo he batallado; pero la verdad es que todos los días, al llegar la tarde, me siento como comido en lo interior de un tósigo que me echa a andar, me pone el alma en vuelcos, y me invita a salir de mí. Todo yo estallo. [...] ¡el día que yo escriba este poema!

  • av José Gautier Benítez
    249,-

    A José Gautier Benítez (1848-1880) se le considera como el más alto exponente del post-romanticismo de su país. Conocido como El Bécquer puertorriqueño, sus poemas reflejan la influencia del poeta español, en la técnica de la métrica y versificación, y el contenido. Alguna vez, Gautier utilizó el pseudónimo de Gustavo.Sus versos se publicaron póstumamente bajo el título de Poesías (1880). Escribió poemas a la amistad, a la patria, al amor y a la muerte. En la presenta antología incluimos sus poemas más conocidos: Ausencia, Regreso, y La barca.La obra poética de Gautier Benítez se reduce a 71 poemas.En una primera etapa de temática eminentemente amorosa, Gautier se hace eco de la influencia romántica europea. Sin embargo, en sus últimos poemas la patria substituye a la amada como objeto de devoción. Son estos poemas los que consagran a Gautier Benítez como el trovador por excelencia de la patria puertorriqueña.En ellos es donde mejor se aprecia la genialidad del poeta para personalizar la influencia becqueriana. Lo hace en un contexto completamente distinto pero donde subyace, sin lugar a dudas, el mismo sentir nostálgico e intimista que inspirara las rimas becquerianas.

  • av Leopoldo Alas Clarín
    145,-

    De temperamento religioso y sensibilidad romántica, los Poemas de Manuel Gutiérrez Nájera son afines a la concepción romántico-simbolista de la poesía por su rechazo al realismo y al positivismo y su defensa de la utilidad de la belleza en sí, liberada de la moral y la preocupación humanista y social.Nájera dedicó su vida al periodismo. Con seudónimos, como El Duque Job, publicó también una extensa obra en prosa de gran importancia para el modernismo. En ella destacan sus crónicas, a las que infundió un estilo ligero y ameno de gran personalidad expresiva. Escribió además numerosos cuentos y relatos. Hizo asimismo crítica literaria y teatral.Nájera se sentía heredero de la idea del arte por el arte, que en Francia propagara Théophile Gautier, a quien tanto admiró. Sus lecturas de Musset, entre otros, y las del italiano Leopardi, ayudan a comprender la doble vertiente, romántica y parnasista, que marca su poesía.Escribió fundamentalmente poemas amorosos a través de los cuales dejó claro su ferviente gusto por lo clásico con un toque afrancesado. Su finalidad poética radica, según sus propias palabras, en expresar los pensamientos franceses en versos españoles.En 1894 Manuel Gutiérrez Nájera fundó, junto a Carlos Díaz Dufóo, la Revista Azul que llegó a ser una referencia privilegiada del modernismo en México.

  • av Juan Ruiz de Alarcon
    185,-

    La amistad castigada es una comedia original de Juan Ruiz de Alarcón, publicada por primera vez en la Parte segvnda de las comedias del licenciado Iuan Rvyz de Alarcón y Mendoza, Relator del Consejo de Indias.En La amistad castigada Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza relata una historia ambientada en la Siracusa de Dión, monarca célebre por su amistad con el filósofo Platón. En este entorno Ricardo se casa, tras muchas adversidades, con la hija de Dión y es traicionado por Filipo, quien ambiciona poder y gloria.Sin embargo, cuando Filipo pierde la legitimidad para gobernar, le exigen que deje el poder bajo amenaza de muerte y lo deponen.

  • av Juan Boscan
    169,-

  • av José María Luis Mora
    509,-

    En Revista política de las diversas administraciones que la República Mexicana ha tenido hasta 1837 José María Luis Mora hace un análisis del sistema político mexicano durante la primera parte del siglo XIX.José María Luis Mora fue un historiador, político y sacerdote mexicano, uno de los principales representantes del liberalismo en México de la primera mitad del siglo XIX. Doctor en Teología por la Real y Pontificia Universidad de México.Impartió cursos de filosofía y colaboró en publicaciones como El Sol, La Libertad, El Observador y El Indicador. Además, fue diputado por el Congreso Local del Estado de México y miembro del Congreso Nacional por el estado de Guanajuato.Entre 1833 y 1835, fue el consejero del presidente Valentín Gómez Farías. Luchó por la separación entre la educación y el clero, y por el acceso universal a la enseñanza. Creó el Colegio de Ideología. Destacó como pensador durante la primera Reforma.Desde que apareció por segunda vez la Constitución española en México a mediados de 1820, se empezó a percibir en esta república, entonces colonia, un sentimiento vago de cambios sociales, el cual no tardó en hacer prosélitos, más por moda y espíritu de novedad, que por una convicción íntima de sus ventajas, que no se podían conocer, ni de sus resultados, que tampoco era posible apreciar. Este sentimiento, débil en sus principios, empezó a ser contrariado por una resistencia bien poderosa en aquella época, que, combinada con otras causas, produjo la independencia. Efectuada ésta, nada se omitió para contener el movimiento social y la tendencia a los cambios políticos que empezaba a ser más viva, pero que no salía todavía de la esfera de un deseo. Se quiso comprometer en el partido de la resistencia al general Iturbide, pero nada o muy poca cosa se logró en esto, a pesar de que el partido escocés que derribó el trono era el núcleo de semejantes deseos. La voz república vino a sustituir a la de imperio en la denominación del país; pero una y otra eran poco adecuadas para representar, mientras se mantuviesen las mismas instituciones, una sociedad que no era realmente sino el virreinato de Nueva España con algunos deseos vagos de que aquello fuese otra cosa.

  • av Jose Marti
    509,-

  • av Gonzalo de Berceo
    349,-

  • av José Lezama Lima
    299,-

    En 1949 el escritor cubano Jorge Mañach agradeció a José Lezama Lima en una carta pública el regalo de un ejemplar de su libro de poemas La fijeza, editado enesas bellas ediciones de la revista Orígenes, que usted viene dirigiendo desde hace algunos años con heroísmo y prestigio sumos.Por entonces ya Lezama era una figura en el panorama literario cubano y reivindicaba su parcela en él, con sus particularidades inherentes. Había madurado también su sistema poético, que, en La fijeza alcanza un esplendor que luego quedará reforzado en sus ensayos.El título evoca el barroco de Luis de Góngora. La fijeza es el tiempo que resisten los objetos ante la luz, dice Lezama en referencia al concepto gongorino. En La fijeza debate la posibilidad, anhelada por Lezama, de un creación verbal, en cuyo acto quede abolida la causalidad. El poeta no se conforma con la contemplación de la realidad aparente, lo que el autor quiere reflejar es el eterno reverso enigmático de la cosas. Poemas como:Rapsodia para el muloMuerte del tiempoProcesiónTangenciasÉxtasis de la sustancia destruidaResistenciaSon un paso más allá en el camino que recorre Lezama. Aquí el autor avanza en su intento de hacer de la poesía un sistema que nos revele un mundo nuevo, cuya causalidad es la de las conexiones poéticas. Asimismo, entre otros poemas más herméticos, estos destacan por la cadencia con que la voz del poeta nos lleva a su mundo.

  • av Felix de Azara
    169,-

    Entre varios papeles que dejó Félix de Azara en poder de su compañero y amigo, don Pedro Cerviño, se hallaba el borrador autógrafo de su Correspondencia oficial inédita sobre los trabajos de demarcación: documento importante, que contiene la historia de las controversias suscitadas por los Comisarios portugueses, con varias observaciones sobre el tratado de 1777.La Correspondencia oficial tuvo enorme valor en las negociaciones entre los españoles y los portugueses de aquellos tiempos por los territorios coloniales. En esta Correspondencias se señalan los errores de los negociadores;sobre todo el de hacer pasar la línea de demarcación por dos ríos (Ygurey y Corrientes), que no se hallaban donde los negociadores los habían colocado.Al cabo de muchas investigaciones Azara ubicó, el primero en el Yaguarey, o Igurey de d'Anville, y el segundo en el río Appa.Esta Correspondencia oficial permitió así reordenar razonadamente territorios en disputa, pacificando y consolidando el surgimiento de futuros países latinoamericanos.

  • av José Lezama Lima
    145,-

    El Coloquio con Juan Ramón Jiménez es el primer ensayo publicado por José Lezama Lima. Apareció en 1938, en la Revista Cubana, y años más tarde en el libro de ensayos de Lezama Analecta del reloj. El Coloquio empieza con una nota de Jiménez en que declara que:en las opiniones que José Lezama Lima me obliga a escribir con su pletórica pluma, hay ideas y palabras que reconozco mías y otras que no.Este libro fue originalmente un diálogo. Se basa en una entrevista hecha por Lezama a Jiménez durante la estancia de este en Cuba, en noviembre de 1936, en su exilio por la Guerra civil española. Más allá de que contiene parlamentos diferenciados para los dos interlocutores (indicados con las iniciales J. R. J. y la referencia Yo), no es posible discernir qué pasajes del texto tienen a uno u otro autor.Lezama establece desde muy pronto su tema de reflexión. La primera pregunta del Coloquio y las ideas de Lezama que siguen así lo indican:¿no ha percibido ciertos elementos de sensibilidad [...], que nos hagan pensar en la posibilidad del "insularismo"?Deseo hacer constar que formulo la pregunta en una cámara donde flota la poesía, que la pregunta va dirigida a un poeta cuya respuesta siempre fabricaría claridad. La respuesta que pudiera dar un sociólogo o un estadista no nos interesaría ahora.

  • av Francisco de Rojas Zorrilla
    115,-

  • av Francisco A. Hitos
    185,-

  • av Francisco de Quevedo y. Villegas
    325,-

    Los sueños son textos satíricos, escritos entre 1606 y 1623. De ellos circularon abundantes Manuscritos, aunque no se imprimieron juntos hasta 1627.Se habla aquí de oficios y personajes, siempre con una intención crítica y de denuncia casi periodística. Todo ello con un andamiaje narrativo (incluidos los diálogos) en los que hay una presentación, una exposición de personajes y hechos y un epílogo.La obra fue recogida en un solo volumen por primera vez en 1627. Se trata de narraciones de inspiración lucianesca en que se ironiza sobre diversas costumbres, oficios y personajes de la época.El Sueño del juicio final es quizás el mejor ejemplo del propósito de este libro.Francisco de Quevedo hace una sátira de las distintas profesiones y estatus sociales. Aquí aparecen juristas, médicos, carniceros, hidalgos, poetas, astrólogos. La obra incluso se refiere a los malos practicantes de las distintas religiones, con alusiones a Mahoma, Lutero y Judas.La presente edición se compone de:Sueño del juicio final (llamado también después El sueño de las calaveras), aparecido en 1606;El alguacil endemoniado (retitulado El alguacil alguacilado), aparecido en 1607;Sueño del infierno (o Las zahúrdas de Plutón, en otra versión), aparecido en 1609;El mundo por de dentro, aparecido en 1612;y el Sueño de la muerte (también conocido como La visita de los chistes), aparecido en 1621.Destacan por su reflexión religiosa, tres relatos que encontramos dentro de la obra, el Sueño del juicio final, junto con el Sueño del infierno y Sueño de la muerte, aluden directamente a tres de las postrimerías (Juicio, Infierno, Muerte).El tema general, como ya se ha dicho anteriormente, es la satirización de los humanos viciosos. Lo que va cambiando son los diferentes personajes que aparecen.Quevedo es un espíritu crítico y satírico, y también un moralista, un censor que vive con angustia la decadencia española, que le empuja a crear su propio infierno, pero basándose en dos clásicos: Virgilio y Dante.El título completo de estas piezas de Francisco de Quevedo, a medio camino entre la crónica y la narración, es Sueños y discursos de verdades descubridoras de abusos, vicios y engaños, en todos los oficios y estados del Mundo.

  • av Francisco de Quevedo
    349,-

  • av Autores Varios
    299,-

    En 1939, el presidente de la República de Cuba, Federico Laredo Brú, trató de mediar entre los jefes de la oposición y Fulgencio Batista para sentar las bases de la convocatoria a una Convención Constituyente.En una histórica reunión convocada por Laredo Brú en la finca Párraga en el Wajay,Ramón Grau San Martín,Fulgencio Batista,Mario García Menocal,Joaquín Martínez Sáenzy Miguel Mariano Gómezacordaron sellar el Pacto de Conciliación que culminó en la Constituyente. La nueva constitución se debatió públicamente durante seis meses y se adoptó en el Capitolio de La Habana.La Constitución cubana de 1940 fue firmada finalmente el 1 de julio de 1940, en Guáimaro, como tributo a los independentistas cubanos que firmaron allí la Primera Constitución de Cuba de 1869.Con la promulgación de esta constitución, Cuba se convierte en un estado social de derecho, independiente y soberano. Se autodefine como una República unitaria y democrática orientada al desarrollo de la personalidad, la solidaridad, la justicia y el bienestar general. Asimismo defiende las instituciones sociales fundamentales como el trabajo, la familia y la cultura.La Constitución cubana de 1940 sorprende a muchos por su modernidad y espíritu soberano. Las razas, la emigración, la condición de la mujer (véase la lista de mujeres que figuran en su Consejo constituyente), la igualdad de posibilidades y la defensa de un Estado protector de las clases desfavorecidas son algunos de sus principales atributos.Sin embargo, quedó siempre pendiente el cumplimiento de lo aquí estipulado y tras el Golpe de estado de 1952, la Revolución de 1959 terminó derogándola.

  • av Domingo Faustino Sarmiento
    199,-

    Argirópolis o la Capital de los Estados Confederados del Río de la Plata (1850), plantea el tema de la utopía en Hispanoamérica, desde una perspectiva cercana a la del Facundo. Domingo Faustino Sarmiento pretendió crear una nueva capital para una Confederación de Estados integrada por Argentina, Paraguay y Uruguay en la Isla Martín García. Ubicada en la confluencia del río Paraná con el río Uruguay, la isla sería, a su vez, una triple frontera entre los tres estados.De este sueño político nace Argirópolis y la reflexión de Sarmiento sobre la armonía y la buena convivencia política.

  • av Jose Marti
    479,-

    Las Crónicas sociales recogen artículos de José Martí sobre la vida social y política de diferentes países de Latinoamérica. Son un texto de referencia en la literatura cubana del siglo XIX.Las crónicas martianas son una muestra del mejor periodismo escrito por el escritor cubano. Sus rasgos son:el conocimiento y dominio del tema,la documentación rigurosa,la atención al detalle,y a todo ello se suma su inconfundible estilo,su lenguaje, su ética y el vigor de su palabra que se proyecta a través de los siglos.Las ideas y reflexiones de José Martí, manifiesta a través de sus crónicas, conservan una asombrosa vigencia y la claridad imprescindible para entender, tanto la historia como la realidad social, política y económica actual de las naciones que conforman el continente americano.

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