av José Bolívar Jiménez Alvarez
395,-
El Folleto no contiene sino los puntos fundamentales de la CÁTEDRA DE ECLESIOLOGÍA explicada en varios espacios académico-pastorales, en el que me propongo estos objetivos: 1° Saber qué es, esencialmente hablando, la eclesiología como disciplina teológica para no confundirla, así no más, con la historia de la Iglesia o con una sociología de la Iglesia. 2° Ilustrar sobre la trayectoria histórica de esta realidad prefigurada, sentida, vivida y reflexionada a través de los siglos, poniendo de relieve los acentos teológicos o las diferentes concepciones de Iglesia habidas en su devenir; que por su puesto han sido diferentes, porque diferentes fueron sus circunstancias; y 3° Conocer ¿para luego llevarlo a la práctica y hacerla realidad en nuestras acciones pastorales¿, cuál es la doctrina eclesiológica actual, la brotada en el Concilio Vaticano II, que en el fondo no es nueva, sino que, redescubierta, valorada y puesta al día con mayor precisión, es hoy la luz que nos permite apreciar con mayor nitidez esta realidad llamada ¿Ekklesíä en la que estamos inmersos, por gracia divina y desde nuestro bautismo, los seguidores de Jesús. No debe esperarse por tanto otra cosa que no sea la clarEl Folleto no contiene sino los puntos fundamentales de la CÁTEDRA DE ECLESIOLOGÍA explicada en varios espacios académico-pastorales, en el que me propongo estos objetivos: 1° Saber qué es, esencialmente hablando, la eclesiología como disciplina teológica para no confundirla, así no más, con la historia de la Iglesia o con una sociología de la Iglesia. 2° Ilustrar sobre la trayectoria histórica de esta realidad prefigurada, sentida, vivida y reflexionada a través de los siglos, poniendo de relieve los acentos teológicos o las diferentes concepciones de Iglesia habidas en su devenir; que por su puesto han sido diferentes, porque diferentes fueron sus circunstancias; y 3° Conocer ¿para luego llevarlo a la práctica y hacerla realidad en nuestras acciones pastorales¿, cuál es la doctrina eclesiológica actual, la brotada en el Concilio Vaticano II, que en el fondo no es nueva, sino que, redescubierta, valorada y puesta al día con mayor precisión, es hoy la luz que nos permite apreciar con mayor nitidez esta realidad llamada ¿Ekklesíä en la que estamos inmersos, por gracia divina y desde nuestro bautismo, los seguidores de Jesús. No debe esperarse por tanto otra cosa que no sea la clar