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  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Alexandre Dumas
    385,-

    Cuando nos oprime el infortunio y la desdicha, no falta alguien que se nos presente con la sonrisa en los labios, esperando hacernos partícipes de ambas, si la miseria no ha concluido aún del todo el prestigio de nuestra pretérita opulencia. Es, pues, tal prestigio, el que reúne en torno de nosotros a todas las personas que nos conocieron dobladas al peso de la desgracia. La baronesa Daglars, si bien había resistido ese gran peso, congregaba aún en su palacio a los principales caballeros de Gand y poseía el gozo de oír exaltar sus doradas salas en París, como en las que se sabía acoger a todos esos impíos elegantes de tapete verde y a quienes parece que no falta nunca el oro ni la voluntad de jugar, mientras haya escaso interés en conocer su vida privada. El orgulloso espíritu de la interesante baronesa Danglars, su figura esbelta y su rostro aristocráticamente pálido, donde brillaban o languidecían dos bellos ojos negros, cuando su endurecido pecho se dilataba con la expansión de un blanco sentimiento, o se comprimía dominado por la ambición, no era lo que menos concurrencia atraía a sus salones.

  • av Alexandre Dumas
    499 - 775,-

  • av Alexandre Dumas
    335

    Ami juicio, no se pueden crear personajes sino después de haber estudiado mucho a los hombres, como no se puede hablar una lengua sino a condición de haberla aprendido seriamente. Como no he llegado aún a la edad de inventar, me limito a relatar. Exhorto, pues, al lector a que se convenza de la realidad de esta historia, cuyos personajes, a excepción de la heroína, viven todos aún. Por otra parte, hay en París .testigos de la mayor parte de los hechos que aquí recojo, y que podrían confirmarlos, si mi testimonio no bastara. Por una circunstancia particular sólo yo podía escribirlos, porque sólo yo fui el confidente de los últimos detalles, sin los cuales hubiera sido imposible hacer un relato interesante y completo. Pues bien, veamos cómo llegaron a mi conocimiento esos detalles. El 12 de marzo de 1847 leí la calle Lafitte un gran cartel amarillo en que se anunciaba la subasta de unos muebles y otros curiosos obletos de valor. Dicha subas tenía lugar tras una defunción. El cartel no ponía el nombré de la persona muerta, pero la subasta iba a llevarse a cabo en la calle de Antin, número 9, el día 16, de doce a cinco de la tarde.

  • av Alexandre Dumas
    175,-

  • av Alexandre Dumas
    335

    El 20 de agosto de 1672, la ciudad de La Haya, tan animada, tan blanca, tan coquetona que se diría que todos los días son domingo, la ciudad de La Haya con su parque umbroso, con sus grandes árboles inclinados sobre sus casas góticas, con los extensos espejos de sus canales en los que se reflejan sus campanarios de cúpulas casi orientales; la ciudad de La Haya, la capital de las siete Provincias Unidas, llenaba todas sus calles con una oleada negra y roja de ciudadanos apresurados, jadeantes, inquietos, que corrían, cuchillo al cinto, mosquete al hombro o garrote en mano, hacia la Buytenhoff, formidable prisión de la que aún se conservan hoy día las ventanas enrejadas y donde, desde la acusación de asesinato formulada contra él por el cirujano Tyckelaer, languidecía Corneille de Witt, hermano del ex gran pensionario de Holanda. Si la historia de ese tiempo, y sobre todo de este año en medio del cual comenzamos nuestro relato, no estuviera ligada de una forma indisoluble a los dos nombres que acabamos de citar, las pocas líneas explicativas que siguen podrían parecer un episodio; pero anticipamos enseguida al lector, a ese viejo amigo a quien prometemos siempre el placer en nuestra primera página, y con el cual cumplimos bien que mal en las páginas siguientes; anticipamos, decimos, a nuestro lector, que esta explicación es tan indispensable a la claridad de nuestra historia como al entendimiento del gran acontecimiento político en la cual se enmarca. Corneille o Cornelius de Witt, Ruart de Pulten, es decir, inspector de diques de este país, ex burgomaestre de Dordrecht, su ciudad natal, y diputado por los Estados de Holanda, tenía cuarenta y nueve años cuando el pueblo holandés, cansado de la república, tal como la entendía Jean de Witt, gran pensionario de Holanda, se encariñó, con un amor violento, del estatuderato que el edicto perpetuo impuesto por Jean de Witt en las Provincias Unidas había abolido en Holanda para siempre jamás.

  • av Alexandre Dumas
    345,-

    When young D'Artagnan travels to Paris to join the ranks of the Musketeers, he soon finds himself challenged to three duels with Athos, Porthos and Aramis. However, the foursome is abruptly attacked by the evil Cardinal Richelieu's guards, and D'Artagnan fights alongside them, proving his skills with a sword and his honour. The three Musketeers enfold D'Artagnan into their ranks, and what follows is a swashbuckling tale full of intrigue, friendship and revenge.

  • av Alexandre Dumas
    335

    The Mesmerist's Victim, has been considered important throughout human history. In an effort to ensure that this work is never lost, we have taken steps to secure its preservation by republishing this book in a modern format for both current and future generations. This complete book has been retyped, redesigned, and reformatted. Since these books are not scans of the authors' original publications, the text is readable and clear.

  • av Alexandre Dumas
    385 - 775,-

  • av Alexandre Dumas
    335

    Cierto día de Cuaresma, el 22 de marzo del año de gracia de 1718, un joven caballero de arrogante apariencia, de unos veintiséis o veintiocho años de edad, se encontraba hacia las ocho de la mañana en el extremo del Pont Neuf que desemboca en el muelle de L¿École, montado en un bonito caballo español. Después de media hora de espera, durante la que estuvo interrogando con la mirada el reloj de la Samaritaine, sus ojos se posaron con satisfacción en un individuo que venía de la plaza Dauphine. Era éste un mocetón de un metro ochenta de estatura, vestido mitad burgués, mitad militar. Iba armado con una larga espada puesta en su vaina, y tocado con un sombrero que en otro tiempo debió de llevar el adorno de una pluma y de un galón, y que sin duda, en recuerdo de su pasada belleza, su dueño llevaba inclinado sobre la oreja izquierda. Había en su figura, en su andar, en su porte, en todo su aspecto, tal aire de insolente indiferencia, que al verle el caballero no pudo contener una sonrisa, mientras murmuraba entre dientes: ¿ ¡He aquí lo que busco! El joven arrogante se dirigió al desconocido, quien viendo que el otro se le aproximaba, se detuvo frente a la Samaritaine, adelantó su pie derecho y llevó sus manos, una a la espada y la otra al bigote.

  • av Alexandre Dumas
    395 - 459

  • av Alexandre Dumas
    495 - 915

  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Alexandre Dumas
    385,-

  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Alexandre Dumas
    565 - 619,-

  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Adolphe De Leuven & Alexandre Dumas
    345 - 635,-

  • av Alexandre Dumas
    385 - 675,-

  • av Alexandre Dumas
    635 - 915

  • av Alexandre Dumas
    499 - 915

  • av Alexandre Dumas
    499 - 775,-

  • av Alexandre Dumas
    445

    Al llegar la carroza ante la puerta primera de la Bastilla, se paró a intimación de un centinela, pero en cuanto D'Artagnan hubo dicho dos palabras, levantóse la consigna y la carroza entró y tomó hacia el patio del gobierno. D'Artagnan, cuya mirada de lince lo veía todo, aun al través de los muros, exclamó de repente: ¿¿¿Qué veo? ¿¿¿Qué veis, amigo mío? ¿¿preguntó Athos con tranquilidad. ¿¿Mirad allá abajo. ¿¿¿En el patio? ¿¿Sí, pronto. ¿¿Veo una carroza; habrán traído algún desventurado preso como yo. ¿¿Apostaría que es él, Athos.¿¿¿Quién? ¿¿Aramis. ¿¿¡Qué! ¿Aramis preso? No puede ser. ¿¿Yo no os digo que esté preso, pues en la carroza no va nadie más. ¿¿¿Qué hace aquí, pues? ¿¿respondió D'Artagnan con¿¿Conoce al gobernador Baisemeaux, socarronería: ¿¿llegamos a tiempo.¿¿¿Para qué? ¿¿Para ver.¿¿Siento de veras este encuentro, ¿¿repuso Athos, ¿¿al verme, Aramis se sentirá contrariado, primeramente de verme, y luego de ser visto.

  • av Alexandre Dumas
    315,-

    Réussissez votre bac de français 2023 grâce à notre fiche de lecture de la pièce Henri III et sa cour d'Alexandre Dumas !Validée par une équipe de professeurs, cette analyse littéraire est une référence pour tous les lycéens.Grâce à notre travail éditorial, les points suivants n'auront plus aucun secret pour vous : la biographie de l'écrivain, le résumé du livre, l'étude de l'oeuvre, l'analyse des thèmes principaux à connaître et le mouvement littéraire auquel est rattaché l'auteur.

  • av Alexandre Dumas
    499 - 775,-

  • av Alexandre Dumas
    195,-

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